viernes, 5 de abril de 2013

Capítulo 10

Capítulo 10:

Cuando me despierto admiro mi habitación. Las paredes son de un tono crema, como el edredón de la cama, muy discreto para ser del Capitolio. En la mesilla de al lado de la cama hay una lámpara de lava de un color azul turquesa. No tiene mucho mas así que voy al comedor, no hay nadie. Bueno si, un avox, pero me da cosa pedirle algo así que me siento en el sofá a esperar que se despierte alguien.

Tardo diez minutos en ver un reloj que pone que son las seis de la mañana, y mi estómago suena así que hago de tripas corazón y le pido al avox que me prepare tostadas y chocolate si no es mucha molestia. Media hora después ya he terminado así que voy a ducharme , y como mis padres me contaron, las duchas son extrañas, y como me sobra el tiempo, le doy por lo menos a cincuenta botones, todos diferentes unos de otros, tanto de aspecto como lo que hacen, ya que uno lanza burbujas, otro es para el jabón, aunque hay varios, a mi me gusta el de vainilla.

Cuando salgo de la ducha me seco el pelo y me hago una coleta alta, cojo la ropa negra que dejó mi estilista ayer encima de la silla, que no lo conozco aún, por cierto.

No se que hacer, he pensado varias veces ir a ver a Finn pero me da vergüenza que me pregunte por lo de ayer, a parte que seguro que está durmiendo así que…

Lo único que se me ocurre es subir a la azotea, así que lo hago, pero cuando estoy arriba me arrepiento justo en el momento en el que oigo

-Hola, ¿Tu tampoco podías dormir?- me giro y veo a Finn sentado en el tejado. Antes de contestar miro lo que hay alrededor, hay varias flores y algunas claraboyas.

-No, ayer me fui pronto a dormir y a las seis estaba en pie

-Yo a las cinco-dice competitivo, yo no puedo evitar sonreír y me siento a su lado. Entonces me mira con ternura y me pregunta lo que tanto temía

-Oye, respecto a lo de ayer ¿Por qué..-

-¿Por qué iba a besarte?- le digo, prefiero decirlo yo a tener que oírselo a él

-No, no era eso lo que iba a preguntarte-dice sonriendo, haciéndome sonrojarme-Lo que quería preguntarte es- entonces para- da igual déjalo- dice. Y aunque me deja con la intriga, no le pregunto. Nos pasamos hablando unas dos horas, cuando bajamos al área de entrenamiento. Solo faltamos nosotros, genial.

La chica que nos dijo ayer lo de la lista se puso en medio y nos dio un par de consejos: que nos centremos en los puestos de supervivencia porque la mayoría muere por causas naturales, que no ataquemos a nadie, etc. También nos dice que hay una parte del entrenamiento de grupo y otro individual. Yo no quiero llamar mucho la atención, para que nadie me pille manía.

Una de las pruebas conjuntas es conseguir atravesar un vacío de cinco metros con la ayuda de una red a dos metros del suelo que recorre todo el vacío. En esa prueba se ve sobretodo la fuerza y la agilidad de los tributos, lo que le encanta a las personas que nos miran desde un palco, que se ríen de los que no lo consiguen. Estamos ordenados por distritos. Los profesionales lo consiguen sin esfuerzo, pero cuando empiezan los del distrito 3 empiezan las burlas porque ninguno de los dos lo consigue. Finn lo consigue sin esfuerzo, por lo que los profesionales lo alaban, la chica de su distrito también lo consigue, aunque con dificultad. A partir de ahí no lo consigue casi nadie, y quien lo hace lo hace con mucha dificultad. Nick no lo ha conseguido.

Ahora me toca a mi así que me acerco y cuando estoy al borde del ‘’vacío’’ salto y me agarro a la red con las manos. Cuando estoy bien sujeta me impulso con los pies y me agarro también con ellos. Entonces empiezo a avanzar a un buen ritmo, un pie, otro, la mano, la otra, no es tan difícil. Voy bien hasta que llego a la mitad, cuando veo a Finn sonriéndole a la tributo del distrito 1, Kim. Parece que están bastante a gusto.

Como no estoy mirando la cuerda mis manos no la encuentran y se sueltan, y cuando creo que voy a caerme, me doy cuenta de que estoy muy bien agarrada con los pies y me he quedado colgando, y como no quiero caerme pillo impulso con las manos y me pongo al contrario que antes, bocabajo, mirando al vacío. Entonces me doy cuenta de que así avanzo mas rápido así que suelto los pies y los engancho otra vez detrás poniéndome como al principio. Miro hacia el final, solo me queda un metro, Finn me mira y yo evito su mirada. Cuando he llegado suelto los pies y salto. Como es el último ejercicio en grupo, me alejo. Finn me sigue, lo noto

-¿Estás bien?-dice preocupado

-¿Ahora te interesa como estoy?¿Qué pasa?¿Has dejado de hablar con Kim?-digo enfurecida. Él se pone a mi lado y dice

-¿Kim? Espera un momento-me mira sonriendo- ¿Estás celosa?- entonces me paro y le miro

-¿Qué?¿Celosa yo?¿Por qué tendría que estarlo? Tu y yo solo somos- entonces paso de la rabia a la pena en un nanosegundo. Y él lo nota, porque tardo mucho en decir- amigos. -Voy a darme la vuelta y caminar de nuevo, pero él me lo impide.

Me envuelve la cintura con el brazo para que no me mueva, con la otra mano me levanta la barbilla y se acerca a mis labios. Sus labios se rozan con los míos, esperando a que haga algo. Así que pongo mis manos en su cuello y le devuelvo el beso. Siento un cosquilleo en el estómago, porque es mi primer beso.

Nos separamos cuando necesitamos oxígeno. En ese momento miro alrededor y me sonrojo. Todos nos miran.

Le miro esperando que esté pasando tanta vergüenza como yo, pero no. Él me mira sonriéndome con dulzura, se acerca a mi oreja y dice

-Lo que iba a preguntarte ayer no era porqué ibas a besarme. Iba a peguntarte porque no me besaste.- entonces se separa, me da la mano y dice- ¿Quieres que te enseñe a hacer redes?- Yo asiento, entrelazo nuestras manos y me dirijo con él a ese puesto.

Nos pasamos allí una hora y media y se me da bastante bien, aunque no tanto como a Finn. Al principio es divertido porque el encargado del puesto nos dice, bueno, me dice lo que tengo que hacer mientras Finnick le va poniendo pegas diciéndole que hay formas más rápidas, después el encargado se enfada y dice que es mejor la calidad que el tiempo, pero Finnick le contradice diciendo que en los juegos cada segundo es oro.

Después de las redes me dirijo a los cuchillos, y Finn me acompaña. En ese puesto están los del distrito 13, que lo intentan pero no se acercan. Cuando ven que estamos en la fila se van, cuchicheando. La encargada nos explica como va, aunque tampoco tiene mucha explicación. Finn va primero, le da al muñeco, aunque no en un punto mortal, solo en la mano. Ahora me toca a mi, cojo un cuchillo y me concentro, lo lanzo. Oh dios mío, lo he clavado justo en el corazón, que bien. Sonrío y miro a Finn, que también me sonríe.

-¿Quieres probar a un nivel con mayor dificultad?

-Claro, porque no- digo siguiéndolo. Me lleva al lado del puesto de las lanzas, donde hay un aparato que ilumina muñecos automáticamente.

-Tienes que intentar acertar en un punto mortal en el muñeco iluminado, mientras lo esté

-Vale-digo cogiendo unos seis cuchillos. Cuatro los engancho en el cinturón, para que no me molesten. El entrenador me dice que me sitúe en la línea roja, después mira hacia atrás, al palco, todos me miran, genial.

-¿Lista?

-Lista-digo concentrándome. De repente los muñecos empiezan a aparecer y a iluminarse y ni me doy cuenta de lo que pasa. Solo se que empiezan a faltarme cuchillos y alguien me da una lanza, y como no me di cuenta, la tiro, y pasa algo alucinante. Al lanzar la lanza, como los muñecos están preparados para cuchillos, la lanza atraviesa el muñeco y se queda la mitad de la lanza por una parte, y la otre mitad en la otra. Y en vez de regañarme, como espero que haga, sonría y empieza a aplaudir, y con él, los hombres del palco, los encargados de los otros puestos (sobretodo el de las lanzas), y algunos tributos, sobretodo Finn.

3 comentarios:

  1. waaa me encanto , pásate a mi blog te he nominado en un tag
    http://amordecapitolio.blogspot.mx/2013/04/tag-de-los-juegos-del-hambre.html

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  2. Hola, he visto tu comentario en mi blog y me he pasado a curiosear. Me encanta la historia Finnick y Vanessa son tan cucos*_* Ojalá ganen.

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